O tema 8 do noso libro de texto explícanos xeografía da poboación. Sabemos de crecementos naturais, coas súas taxas de natalidade e de mortalidade. Sabemos tamén de crecementos reais, nos que interveñen os movementos migratorios, inmigración e emigración.
Galicia, España foron tradicionalmente países emigrantes. As
xentes marchaban na procura de mellores horizontes. Houbo un momento no que
parecía que as cousas ían cambiar e chegamos a convivir con máis de cinco
millóns de inmigrantes. Pero coa crise económica volvemos a ser un país de
emigrantes. A diferencia está en que agora algunhas autoridades xa non falan de
emigración senón de “mobilidade exterior”.
En 1948, o escritor británico George Orwell escribiu 1984, unha novela (de ficción “distópica”, chámanlle).
Orwell describe unha sociedade futura totalitaria. Nela as autoridades utilizan
unha nova linguaxe, a neolingua, un instrumento de control da poboación.
Recomendo a lectura dunha columna de Manuel Rivas, “La duchafría”, publicada en El País do 20 de
abril de 2013:
“Cuando España entró en el club de los nuevos ricos, y no
importaba el color del gato sino que cazase ratones, nuestros emigrantes
pasaron a ser denominados de forma oficial “residentes ausentes”. Con inquietud
metafísica, un encofrador gallego en los Alpes suizos me confesó: “Ahora ya no
soy emigrante, soy un residente ausente. Estoy, pero no estoy”. El “voto
emigrante” pasó a la categoría de voto de los “residentes ausentes”, de tal
manera que incluso algunos difuntos se animaron a votar. Ahora que todos los
gatos son pardos, de España sale otra gran oleada de gente joven y menos joven
a la conquista del pan. Pero ni siquiera pueden identificarse con la condición
tan honrosa de “emigrantes”. Según la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, no
cabe hablar de emigración, sino de “movilidad exterior”. Así, la emigración es
presentada como una variante del turismo. Si el encofrador y el esquiador
Bárcenas se cruzan por casualidad a la altura de una hermosa lavandería suiza,
en realidad su situación es la misma: ambos están allí por razones de
“movilidad exterior”. Por un idéntico impulso aventurero. Tenemos unos cuantos
cientos de miles de nuevos movilizados en el Exterior. Dado que hay millones de
inmovilizados en el Interior, es posible que se incremente esta tendencia a la
deriva situacionista en nuestros jóvenes, y que la ministra de Trabajo, en
ejercicio de sus dotes poéticas, proponga la figura del “interno
externalizado”. En cierta forma, según las estadísticas, casi todos empezamos a
sentirnos externalizados. Estamos y no estamos. La gente anda por las calles
con un aire ido, de movilidad exterior. Y además el Gobierno está muy enfadado
con los ciudadanos, como demuestra el anuncio de la ducha fría de Arias Cañete.
Aquí hay mucho vicio. Nos hemos duchado por encima de nuestras posibilidades.
Cualquier día nos echan a todos con un carné de “residentes ausentes” en los
dientes”.
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